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La música es mágica, hace que todo sea más bonito con ella. Ahora mismo, escribo mientras viajo en el coche y suena O-Coldplay. Puedo apreciar el bonito color verde de los árboles, como el viento que entra por la ventana mueve cuidadosamente mi pelo y los últimos rayos de luz que iluminan mi cara. Puedo apreciar pequeños detalles y disfrutar de ellos. Me siento como si estuviera en la escena de una película que todos querríamos vivir. Dejo a un lado mis preocupaciones,dejo mi mente en blanco y todo fluye, siento un cúmulo de buenas vibraciones y me envuelvo en ellas. Sin embargo, sin la música no me vería capaz de poder transportarme durante unos minutos a un mundo dónde no hay preocupaciones, dónde siempre se mantiene la calma.
Recuerdo un viaje que hice a Madrid con mis tíos. Tanto el camino de ida, como el de vuelta era bastante largo pero gracias a la música acabamos disfrutando de él. Descubrí una nueva parte de mí, nunca pensé que me acabarían gustando canciones como La casa azul- la revolución sexual, una canción llena de buenas vibraciones e inevitable de bailar. Y por otro lado,Ojalá-Silvio Rodríguez o Óleo de una mujer con sombrero, canciones totalmente contrarias a la anterior, un estilo de música diferente al que suelen escuchar los jóvenes. Sin embargo,la sensibilidad de estas canciones se apoderó de mí, ese cúmulo de sentimientos, la descripción de un amor cobarde que nunca llega a una historia... Sin duda, lo mejor de la vuelta a casa fue poder disfrutar de el atardecer mientras escuchaba la dulce voz de Silvio. Tuve un conjunto de emociones muy fuertes, fue inevitable que no se me pusiera la piel de gallina, fue inevitable que no sintiera un cosquilleo por dentro. Lo que me hizo sentir era magia.
Debería dar gracias a la música por acompañarme día a día, y en todo tipo de situaciones. Debería darle las gracias por hacerme crecer con su arte y por descubrir mi verdadero yo. Y como no, no puedo terminar de escribir esta entrada sin hablar de Rayden y de Carlos Sadness. Gracias a Rayden, por abrir mi mente,hacer que reflexione y que me de cuenta de la realidad. Os invito a que escuchéis la canción Arjé, una canción que se basa en la idea de que se ideó la libertad antes que las cadenas, una canción que habla de todo lo bueno y lo malo del ser humano y cómo es capaz de todo esto. Y también, Pozo de los deseos, una canción en la que pide lo que quiere del mundo, como paz, amor... y también lo que quiere de las personas entre ellas, es decir, un poco más de amor, menos odio... Y por último, pero no menos importante. Gracias a Carlos, por identificarme con sus canciones y por describir la anatomía de muchos de sus recuerdos. Gracias por componer Perseide y hacer posible que sea el nombre de este blog.